¿Tienes dificultades para conseguir un orgasmo
en tus relaciones sexuales? ¿No consigues una erección durante el tiempo que
mantienes relaciones sexuales? ¿Sientes dolor genital ante la penetración de tu
pareja? ¿Eyaculas muy pronto y tu pareja se siente frustrada?
Conocer los problemas sexuales más comunes
pueden ayudarnos a distinguir si realmente esto nos afecta a nosotros y debemos
tomar cartas en el asunto para poder vivir una vida sexual más plena y satisfactoria. La impotencia, frigidez o
eyaculación precoz son problemas sexuales mucho más comunes de lo que creemos y
afecta a gran parte de la población y no necesariamente debido a una edad
madura.
Los problemas más comunes son:
- Frigidez: que es la incapacidad de sentir placer a través de la penetración, es
decir, no hay goce con el acto sexual, aunque si exista lubricación y todo esté
bien anatómicamente hablando. En la mayoría de las ocasiones su causa suele ser
psicológica: no existe deseo hacia su pareja y no se acepta, miedos, fobias…
- Impotencia: incapacidad de sentir una erección plena y
satisfactoria. El pene no se irriga por completo y por tanto no hay erección y
por tanto no puede darse la penetración. En este caso sí puede ser una causa
física y en el caso de que ésta sea desechada por el médico hay que acudir a un
profesional sexólogo para solucionarlo.
- Eyaculación precoz: si hay erección
pero la eyaculación es tan rápida que la pareja no puede llegar al orgasmo.
Esto provoca problemas generalmente en las parejas y también debe consultarse
con un profesional y tiene generalmente solución más a corto plazo de lo
creemos. Se trata sobre todo de saber controlar nuestras reacciones
alargándolas en el tiempo y controlando nuestros pensamientos.
- Eyaculación retardada: es el caso contrario, hay erección pero tarda
demasiado tiempo en eyacular o no llega.
- Dispaurenia (hombre) o vaginismo (mujer): se produce dolor
al eyacular en el hombre y con la penetración en la mujer. Generalmente es
debido a un espasmo involuntario de los músculos genitales.
- También niveles hormonales bajos pueden
causar tanto en la mujer como en el hombre problemas en la líbido sexual ante
una menstruación, o la menopausia en la mujer como una falta de testosterona en
el hombre.
Todos estos
pueden deberse a dos causas: físicas o emocionales. A veces nuestras emociones
pueden causar problemas físicos afectando a nuestra respuesta sexual. Por
ejemplo, tendemos a pensar que una mujer debe estar excitada como un hombre al
comienzo del acto sexual, pero esto no tiene por qué ser así necesariamente. La
mujer necesita una estimulación sexual previa que es mucho más física y el
hombre sin embargo es mucho más visual.
Así mismo si existen problemas externos tanto
personales como problemas económicos o laborales, como en nuestra relación con
nuestra pareja, esto puede afectar también en nuestras relaciones sexuales.
Los hombres y las mujeres son muy diferentes
en muchos aspectos y uno de ellos es el tratamiento que le podemos dar al sexo.
Por ejemplo, si una mujer ha discutido con su pareja o no se siente querida
seguramente su respuesta cuando llegue el momento de tener relaciones por la
noche sea nula, sin embargo, el hombre, generalmente, tiende a querer mantener
relaciones sexuales precisamente para arreglar ésta situación.
Otro factor importante es el “miedo”,
tener miedo a no ser capaz de darle a nuestra pareja lo que espera, o a
quedarse embarazada, o al daño que puede causar, pueden inhibir enormemente
nuestra capacidad sexual.
Es importante que cuando sopesemos que podemos
tener alguno de éstos problemas u otros derivados de éstos pensemos que un
problema sexual no implica necesariamente que haya un problema con nuestra
pareja o falta de amor.
Es importante acudir juntos primeramente a un
médico y una vez descartado que exista un problema físico ir a un psicólogo
especializado en problemas sexuales que generalmente exigirá una cooperación
mutua para solventar el trastorno.
¿Pensáis que un problema sexual puede afectar la relación de pareja?