Estoy segura que muchas veces habéis tenido la
experiencia de esa mirada fija por parte de un desconocido que nos mira de
manera fija y continuamente. Ante esto seguramente primero hemos desviado
nuestra mirada y al momento hemos vuelto a mirar de nuevo para cerciorarnos si
nos sigue o no mirando. Si lo sigue haciendo nos sentiremos incómodos y hasta
irascibles si esa persona no deja de mirarnos.
Las miradas fijas de personas que desconocemos
nos resultan tan incómodas como tan placenteras podemos sentirlas por parte de
nuestra pareja y es que la mirada es uno de los elementos fundamentales para la
comunicación no verbal, por lo que hoy me gustaría hablaros de las distintas
miradas y los efectos que ellas pueden producir en nuestro comportamiento.
- Mirada fija: puede indicarnos amenaza
por parte de la persona que nos mira, como ya hemos visto en el ejemplo que
puse al comienzo.
- Mirada de reojo: observar a alguien
pero no de frente, sino de lado. Puede transmitir desconfianza, aunque si las
cejas están levantadas, transmite interés o hasta seducción y complicidad.
- Mirada social: es la que se dirige al
triángulo que se forma entre los ojos y la boca. Comunica cordialidad, apertura
y empatía. Esta se produce cuando alguien tiene interés en otra persona.
- Mirada esquiva: es la mirada que
jamás logra concentrarse en los ojos del otro, sino que los esquiva y la
mayoría de las veces se dirige hacia abajo. Comunica desconfianza, temor o que
oculta algo.
- Mirada íntima: es el tipo de mirada
que tiene lugar cuando a una persona le atrae físicamente otra. Comienza
dirigiéndose a los ojos, para seguir hacia otras partes del cuerpo. Si esta
mirada es devuelta de la misma manera, significa que también hay atracción por
parte del otro.
- Mirada dominante: la mirada también
puede reflejar el poder y la seguridad de una persona así como la sumisión. Una
mirada directamente a los ojos segura y mantenida ante una mirada menos frecuente, esquiva y
mirando hacia el suelo nos dirá mucho de quién ejerce el poder ante dos personas.
Si aprendemos a diferenciar las distintas miradas,
nos servirán enormemente para distinguir la naturaleza de una relación, lo que pretende
nuestro interlocutor e incluso si éste mantiene nuestro interés o simplemente
le producimos indiferencia.
En general, tendemos a mirar más a las
personas que captan nuestro interés, que nos caen simpáticas o que nos atraen
de diferente manera.
¿Qué más información creéis que puede aportarnos una persona según su
tipo de mirada?
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