La inferioridad en el niño podría definirse como un sentimiento de
inadecuación del niño en la familia o en el mundo exterior en general (amigos,
colegio, etc).
Tienen sentimientos de incompetencia, buscan llamadas de atención, se
critican a ellos mismos constantemente, se sienten pequeños y sobre todo
excesivamente sensibles ante las comparaciones. Sienten envidia por las
cualidades reales o imaginarias de sus compañeros, prefieren estar solos por
miedo a la competición y suelen desarrollarse en algo específico para conseguir
captar la atención de los demás. Curiosamente suelen criticar a los demás para
conseguir así sentir una autoimagen más adecuada, aunque siempre suele ser a
los que ellos sienten como inferiores a ellos.
Las causas psíquicas que suelen provocar éstos sentimientos son debidas
generalmente a que hemos ejecutado castigos inapropiados o críticas frecuentes
que hacen se interioricen y se sientan infravalorados por las personas que más
quieren. Frases como “Eres idiota” o “Es que estás siempre haciendo tonterías”
o “Eres un llorón” pueden causar éstos síntomas si nuestro hijo las
interioriza. Las críticas frecuentes en sus comportamientos y los malos comentarios
hacia él también pueden causarlo. Muchas veces queremos que nuestros hijos sean
como nosotros nunca hemos logrado ser o a nuestra imagen y semejanza, sin embargo,
tenemos que lograr aceptar a nuestros hijos tal y como son y valorarlos con sus
virtudes y defectos.
También la sobreprotección y el control excesivo impiden que nuestros
hijos crezcan como personas y se sientan incapaces de crecer y tomar decisiones
por ellos mismos. Tanto si exigimos demasiado a nuestros hijos como si tomamos
decisiones por ellos creará que nuestros hijos se sientan dependientes e
incapaces de crear una personalidad única y segura para ser realmente felices
en un futuro.
Proporcionar a nuestros hijos experiencias que les hagan sentir bien,
en principio sencillas y con las que puedan alcanzar cierto éxito, aunque al
principio sean pequeñas metas… y evitar las que sean difíciles de alcanzar…
logrará que poco a poco nuestro hijo vaya sintiéndose más seguro.
Es importante que aprendamos a mostrar confianza en ellos, en sus
capacidades y habilidades y sobre todo en aquello que se siente más interesados
aunque a nosotros no nos parezca importante.
Empezar con tareas simples para poco a poco ir introduciendo tareas más
complicadas irá creando que cada vez se sienta más seguro y firme con su
conducta y sentimientos.
Dedícale tiempo a tu hijo, haz que se sienta importante y que realmente
te importa, que estás dispuesto a pasar tu tiempo con él, porque eso le hará
sentirse valorado realmente. Hablad con él, que os cuente todas sus inquietudes
y escucharle, entenderle, animarle a que exprese sus sentimientos y mostrar
sobre todo vuestro afecto y amor por él es fundamental para un buen desarrollo
emocional de vuestro hijo.
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