En nuestro país nos toca vivir tiempos
difíciles, pero más aún a los que están en ese gran gusano que nos invade que es el
DESEMPLEO. Casi cinco millones de
personas en España no tienen trabajo y muchos de ellos sin medios para
subsistir y sacar una familia adelante.
Tener empleo no sólo nos aporta
una retribución económica sino también cierta identidad y estima al trabajar en
nuestra vocación o en lo que nos sentimos capacitados para hacer. El empleo nos
aporta una imagen de nosotros mismos, nos hace sentirnos útiles en la sociedad
por lo que la privación de un empleo puede provocar tanto efectos emocionales
como cognitivos que provocan ante todo ansiedad y depresión.
En principio cuando llega el
despido solemos tener la confianza en que lo podremos resolver, confiamos en
amigos, conocidos, en superar entrevistas e incluso cuando pasa algún tiempo
hay personas que se lo toman como unas vacaciones, haciendo todo aquello que
generalmente no pueden hacer cuando están trabajando. Cuando el tiempo pasa si
no se encuentra trabajo comienzan a surgir pensamientos de inseguridad, de
desconfianza hacia el futuro y miedo por perder el estatus y el mantenimiento
familiar.
Uno de los primeros síntomas
psicológicos que provoca éste estado es lo que se llama “síndrome de
invisibilidad”, la persona siente que nadie lo ve, que no cuenta para nada. Es
esa sensación de sentir que ya no puedes hacer lo que el resto de personas, ya
que en ésta sociedad consumista en la que cuenta enormemente la apariencia y lo
que tengas o no, hace que no te sientas integrado por la sociedad.
Algunas personas se atreven a
pedir ayuda a sus familiares y amigos o recurren a Ong´s u otras instituciones
para poder salir adelante, pero otras por temor o vergüenza no la piden.
El trabajo ocupa la mayoría del
tiempo en nuestras vidas, implica salir un poco de nuestro núcleo familiar,
relacionarnos en otro entorno, compartir nuevas experiencias, proporciona un
estatus social…
Cuando perdemos el empleo todos
éstos aspectos se ven mermados y pueden tener efectos psicológicos muy
negativos para nuestra estima que creo son diferentes dependiendo de la edad en
que nos suceda.
Generalmente, en los jóvenes, al
comienzo puede provocar agresividad, pero cuando pasa el tiempo va provocando
que se viva como un fracaso que predisponga a la depresión, aumento de
pasividad, dejan de salir y reducen su círculo social ya que no pueden
permitirse salir con los amigos, e incluso exclusión social y marginalidad.
En las personas más maduras y con
cargas familiares los efectos suelen ser mayores al no poder acceder a algunas
salidas laborales precisamente por tener esa carga familiar.
Aunque en la mayoría de los casos
los síntomas finales son los mismos, depresión. Hasta tal punto que en España
está provocando que sea la primera causa de los estados depresivos.
Para ello si tu situación es ésta
lucha por aumentar tu auto-estima, estructura tu tiempo, no te rindas, toma la
búsqueda de empleo como un trabajo porque esto te hará sentir más útil.
Busca algo que te haga relajarte
para controlar la ansiedad, haz deporte a diario ya que aumenta el bienestar
tanto físico como psíquico y dedica a buscar en algún momento del día
soluciones para poder salir adelante.
Todas las situaciones en nuestra
vida nos aportan experiencia y sabiduría y de esto también podemos aprender.
Si sientes que la situación te
desborda y no puedes salir adelante no dudes en ponerte en contacto conmigo. He
incluido precios especiales para personas en desempleo o en situación económica
complicada.
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