lunes, 3 de junio de 2013

EL PODER DE UNA MIRADA



Estoy segura que muchas veces habéis tenido la experiencia de esa mirada fija por parte de un desconocido que nos mira de manera fija y continuamente. Ante esto seguramente primero hemos desviado nuestra mirada y al momento hemos vuelto a mirar de nuevo para cerciorarnos si nos sigue o no mirando. Si lo sigue haciendo nos sentiremos incómodos y hasta irascibles si esa persona no deja de mirarnos.

 

Las miradas fijas de personas que desconocemos nos resultan tan incómodas como tan placenteras podemos sentirlas por parte de nuestra pareja y es que la mirada es uno de los elementos fundamentales para la comunicación no verbal, por lo que hoy me gustaría hablaros de las distintas miradas y los efectos que ellas pueden producir en nuestro comportamiento.
 
 

- Mirada fija: puede indicarnos amenaza por parte de la persona que nos mira, como ya hemos visto en el ejemplo que puse al comienzo.

 

- Mirada de reojo: observar a alguien pero no de frente, sino de lado. Puede transmitir desconfianza, aunque si las cejas están levantadas, transmite interés o hasta seducción y complicidad.

 

- Mirada social: es la que se dirige al triángulo que se forma entre los ojos y la boca. Comunica cordialidad, apertura y empatía. Esta se produce cuando alguien tiene interés en otra persona.

 

- Mirada esquiva: es la mirada que jamás logra concentrarse en los ojos del otro, sino que los esquiva y la mayoría de las veces se dirige hacia abajo. Comunica desconfianza, temor o que oculta algo.

 

- Mirada íntima: es el tipo de mirada que tiene lugar cuando a una persona le atrae físicamente otra. Comienza dirigiéndose a los ojos, para seguir hacia otras partes del cuerpo. Si esta mirada es devuelta de la misma manera, significa que también hay atracción por parte del otro.

 

- Mirada dominante: la mirada también puede reflejar el poder y la seguridad de una persona así como la sumisión. Una mirada directamente a los ojos segura y mantenida  ante una mirada menos frecuente, esquiva y mirando hacia el suelo nos dirá mucho de quién ejerce el poder ante dos personas.

 

Si aprendemos a diferenciar las distintas miradas, nos servirán enormemente para distinguir la naturaleza de una relación, lo que pretende nuestro interlocutor e incluso si éste mantiene nuestro interés o simplemente le producimos indiferencia.

 

En general, tendemos a mirar más a las personas que captan nuestro interés, que nos caen simpáticas o que nos atraen de diferente manera.

 

¿Qué más información creéis que puede aportarnos una persona según su tipo de mirada?
 
 
 
 
 

 

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