Cuando nos ponemos a pensar en las cuestiones del amor y la diferencia de edad, hacia arriba o
hacia abajo, de mujeres a hombres y de hombres a mujeres, surge naturalmente
una pregunta acerca de los géneros: ¿Cómo amamos nosotras? ¿Cómo aman ellos?
Por supuesto, las generalizaciones nunca son buenas, y no todo lo que planteo puede ser el caso en particular, pero si lo que suele pasar en general.
El hombre busca amar y la mujer busca ser amada. Pero entonces: ¿qué buscamos en los hombres?, ¿qué nos gusta o seduce de ellos? La mujer se enamora de su propio narcisismo. De cómo se ve en la mirada de quien la quiere.
¿Por qué una mujer elige a un hombre más joven? Podría pensarse que algo de lo que devuelve ésta mirada pone en juego cierta ilusión de juventud y sirve de soporte para negar su edad o el paso de los años, se atemporiza y permite jugar con otras costumbres o salir con amigos distintos.
También es, en cierto modo, un desafío seductor para una mujer, el poder ser otra de la que es, por lo menos por un rato. El hecho de poder enamorar a un hombre más joven implica haber competido y, sobre todo, haberle ganado a mujeres más jóvenes. Esto puede constatarse también en la pasión por la mujer a no envejecer, que hemos leído durante toda la historia en mitos y leyendas, actualizándose hoy en día no solo en cirugías estéticas, sino que también lo hace en la manera de vistir, la moda, y estas particulares elecciones de pareja.
A veces, para algunas mujeres que han tenido una pareja estable y duradera mucho tiempo los hombres de su edad no representan un desafío, se aburren con ellos, buscan el desenfado y el atrevimiento que los jóvenes sí tienen y los hombres de su edad ya perdieron.
Por supuesto, las generalizaciones nunca son buenas, y no todo lo que planteo puede ser el caso en particular, pero si lo que suele pasar en general.
El hombre busca amar y la mujer busca ser amada. Pero entonces: ¿qué buscamos en los hombres?, ¿qué nos gusta o seduce de ellos? La mujer se enamora de su propio narcisismo. De cómo se ve en la mirada de quien la quiere.
¿Por qué una mujer elige a un hombre más joven? Podría pensarse que algo de lo que devuelve ésta mirada pone en juego cierta ilusión de juventud y sirve de soporte para negar su edad o el paso de los años, se atemporiza y permite jugar con otras costumbres o salir con amigos distintos.
También es, en cierto modo, un desafío seductor para una mujer, el poder ser otra de la que es, por lo menos por un rato. El hecho de poder enamorar a un hombre más joven implica haber competido y, sobre todo, haberle ganado a mujeres más jóvenes. Esto puede constatarse también en la pasión por la mujer a no envejecer, que hemos leído durante toda la historia en mitos y leyendas, actualizándose hoy en día no solo en cirugías estéticas, sino que también lo hace en la manera de vistir, la moda, y estas particulares elecciones de pareja.
A veces, para algunas mujeres que han tenido una pareja estable y duradera mucho tiempo los hombres de su edad no representan un desafío, se aburren con ellos, buscan el desenfado y el atrevimiento que los jóvenes sí tienen y los hombres de su edad ya perdieron.
Hace un tiempo,
que un hombre le llevara varios años e incluso décadas a su mujer no llamaba la
atención de nadie, pero que una mujer de cuarenta saliera con uno de treinta
era prácticamente un escándalo.
Podríamos suponer que este tipo de parejas es más frecuente en la actualidad porque la sociedad es más tolerante a nuevas versiones de parejas y hay un aumento considerable de separaciones matrimoniales y divorcios. Las mujeres tienen mayor protagonismo en la cultura, hay menos prejuicios y el catolicismo perdió ha perdido su poder moralizador, o quizá medieval, lo que genera un aumento de las igualdades a la hora de elegir con quién quieres estar.
Aunque a mi parecer, sí sigue existiendo ese placer malicioso por parte de muchas personas de juzgar la vida de los demás creyendo que existe una verdad única y que realmente lo que está bien es lo que hacen todos en general, la norma.
Otra manera de pensar estas relaciones digamos más fisiológica es la que tiene que ver con la coincidencia de las etapas de la plenitud sexual en el hombre y en la mujer. Las mujeres suelen alcanzarla alrededor de los 36 años, cuando se conocen más a sí mismas y a su cuerpo, saben qué cosas le gustan, qué les provoca placer, qué las excita; mientras que los hombres tienen su plenitud sexual un poco antes, entre los veintipico y los treinta, cuando ya superaron las eyaculaciones precoces, aprendieron a controlar su genitalidad y tienen erecciones más firmes.
Como ya comenté en el blog de ayer, en términos de sexualidad, las mujeres más activas, sostienen su deseo vivo a través de los años, por lo que los hombres de su edad a veces no les producen esa vitalidad que ellas necesitan en ese momento.
Podríamos suponer que este tipo de parejas es más frecuente en la actualidad porque la sociedad es más tolerante a nuevas versiones de parejas y hay un aumento considerable de separaciones matrimoniales y divorcios. Las mujeres tienen mayor protagonismo en la cultura, hay menos prejuicios y el catolicismo perdió ha perdido su poder moralizador, o quizá medieval, lo que genera un aumento de las igualdades a la hora de elegir con quién quieres estar.
Aunque a mi parecer, sí sigue existiendo ese placer malicioso por parte de muchas personas de juzgar la vida de los demás creyendo que existe una verdad única y que realmente lo que está bien es lo que hacen todos en general, la norma.
Otra manera de pensar estas relaciones digamos más fisiológica es la que tiene que ver con la coincidencia de las etapas de la plenitud sexual en el hombre y en la mujer. Las mujeres suelen alcanzarla alrededor de los 36 años, cuando se conocen más a sí mismas y a su cuerpo, saben qué cosas le gustan, qué les provoca placer, qué las excita; mientras que los hombres tienen su plenitud sexual un poco antes, entre los veintipico y los treinta, cuando ya superaron las eyaculaciones precoces, aprendieron a controlar su genitalidad y tienen erecciones más firmes.
Como ya comenté en el blog de ayer, en términos de sexualidad, las mujeres más activas, sostienen su deseo vivo a través de los años, por lo que los hombres de su edad a veces no les producen esa vitalidad que ellas necesitan en ese momento.
Pero en realidad, lo que nos gusta o seduce de un hombre es
tan particular como lo somos nosotras mismas. Cada una busca algo distinto
en lo que nos devuelve aquella mirada que tanto nos seduce, que nos hace reír,
excitarnos y ser felices!!.
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