Cuando estamos estresados, a menudo, decimos que nos gustaría volver a ser niños y así no tener preocupaciones, ni responsabilidades. Idealizamos la infancia como si esta etapa fuera maravillosa y en ella no existiera ni la preocupación, ni el nerviosismo. Pero la infancia puede presentar también dificultades por distintos factores pero su forma de expresarlos cuanto más pequeños, más diferentes son a las de los adultos.
Ciertas situaciones que pueden generar estrés en los niños son:
· Estados de ansiedad aguda en la madre gestante: el aumento de adrenalina y cortisol en la sangre de la madre llega al bebé atravesando la placenta.
· No tener las necesidades básicas cubiertas por los padres o cuidadores, lo que genera sentimientos de indefensión e impotencia en los niños.
· Separaciones de los cuidadores o ausencia de la figura de apego, lo que da lugar a sentimientos de desprotección y peligro.
· Gestos o actitudes amenazantes por parte de otras personas, lo que genera miedo, preocupación y temor a ser atacado o castigado.
· Actitudes por parte de otras personas adultas o profesores que generen vergüenza social o sentimiento de inferioridad.
· Falta de atención por parte de los cuidadores principales.
Pueden expresar su ansiedad a través de varios comportamientos:
· Llantos
· Trastornos del sueño como insomnio, terrores nocturnos, pesadillas…
· Problemas en la alimentación: pérdida de apetito, ingesta compulsiva de alimentos, obesidad.
· Trastorno por ansiedad de separación (ansiedad excesiva ante la separación de la/s figuras de apego).
· Impulsividad, inquietud, agresividad.
· Tics, mareos, nauseas, vómitos, diarrea, urticarias.
· Extrema hiperactividad: distractibilidad, impulsividad y problemas de atención.
· Motricidad torpe: como tropezar mucho, hacer las tareas muy lentas...
· Enuresis: falta de control de esfínteres
· Retención o incontinencia fecal.
· Pataletas y berrinches.
· Balanceo, retorcimiento de dedos, Tricotilomanía (comportamiento recurrente de arrancarse el pelo), mordisqueo de la ropa o labios, retorcimiento de dedos.
La forma más común que tienen los niños de escaparse de las situaciones que les provocan ansiedad es buscar la cercanía del adulto. Comportamientos de apego excesivos pasados los 3-4 años, más o menos, son un fuerte indicador de ansiedad. Cuando ésta demanda de cercanía no es cubierta por el adulto, la angustia va en aumento dando lugar a síntomas más graves.
Los niños experimentan diferentes sensaciones, no saben ni entienden lo que les ocurre. Necesitan la ayuda de un adulto ya que ellos no son capaces de auto-regularse. Para ello es importante que los padres estén atentos para que no llegue a ser un problemas más importante ya que ésto puede tener consecuencias de por vida. Tratar la ansiedad de los niños a edades tempranas evitará patologías más graves al crecer.
Cuando un niño está ansioso, sus facultades mentales (percepción, pensamiento y memoria) se ven comprometidas, ya que el organismo pone toda su energía en disminuir los niveles de ansiedad. Estos episodios comúnmente cursan con falta de concentración, distracción, olvido, etc., dando lugar a problemas de aprendizaje y por tanto a una disminución del rendimiento escolar. Por este motivo, muchos de los niños hoy en día son tratados como hiperactivos y medicándose como tal cuando lo que quizá podría ser un trastorno de ansiedad. Es muy importante hacer un buen diagnóstico ya que en muchos casos la hiperactividad no es tal.
Es importante que si varios de éstos comportamientos se dan en nuestros hijos intentemos entenderlos, y no tomarlos como algo pasajero. Lo mejor que podemos hacer por ellos es intentar comprenderlos, proporcionarles nuestro afecto y seguridad, para que ésto, en un futuro pueda hacerles ser seguros y poder afrontar los miedos por sí mismos. La educación no es nada fácil, nadie nos enseña cómo hacerlo, pero a veces pedir ayuda a un profesional en el caso de que lo necesitemos no implica que seamos malos padres o no lo estemos haciendo bien. Todos queremos que nuestros hijos sean y crezcan felices y a veces la solución está mucho más cerca de lo que nos parece.
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