Escuchar música influye directamente en las personas, tanto
de manera positiva como negativa, con efectos inmediatos y resultados
duraderos. Teniendo en cuenta los efectos positivos de la música, muchos
científicos sostienen que logra cambios favorables en el cerebro de las
personas que la escuchan.
La música es un aliado excelente para nuestro estado de
ánimo, tanto si queremos relajarnos como si queremos estimularnos, ésta nos
ayudará en gran medida.
Una canción puede hacer que nos relajemos, que nos haga
sentir más alegría e incluso que nos pongamos nostálgicos, ya que asociamos
ciertas canciones a un momento determinado o a cierta etapa de nuestra vida.
Generalmente, ciertos tipos de música son más aconsejables a
la hora de relajarse (como la que conlleva tonos graves) y a la hora de
estimularse (la que conlleva tonos agudos) pero esto no es así para todo el
mundo, por lo que es aconsejable tener una especie de biblioteca musical propia
con los tipos de música que a nosotros nos hacen sentir de determinada manera
para poder utilizarlos según nos convenga.
- Música
que nos relaja.
- Música
que levantan su ánimo para cuando estemos bajos anímicamente.
- Música
que estimula las ganas de moverse para bailar cuando tengamos ganas de
expresanos con el movimiento desde el baile...
- Música
para concentrarnos.
Esto también lo
podemos utilizar en niños y suele ser muy eficaz.
Fijémonos en el
ritmo, la melodía y la armonía para poder elegir más apropiadamente:
- El
ritmo: a nivel físico, por estimular el movimiento, sobre todo si se
trata de percusiones. Los tambores en particular pueden incluso llegar a
hacer vibrar el cuerpo y ponerse en resonancia con los latidos del
corazón, influyendo en la frecuencia cardiaca.
- La
melodía: sobre los sentimientos y las emociones. La letra de las
canciones también puede hacernos cambiar nuestro ánimo. Todos tenemos
varias canciones que parece que se han hecho para nosotros porque nos
identificamos con ellas.
- La
armonía: actúa más allá de lo exclusivamente emocional, incidiendo de
una manera más potente en el desarrollo intelectual. Porque la armonía
lleva en sí misma el ritmo y la melodía, potenciados por la unión de
sonidos simultáneos, lo que favorece una mayor amplitud mental.
Pero si algún día nos sentimos deprimidos no podemos empezar
con música que nos resulte demasiado estimulante o alegre, ya que esto podría
producirnos un efecto contrario… sino que tendríamos que empezar con algo más
melódico e intermedio para ir poniendo más tarde música que nos haga sentir más
contentos.
Hoy en día, hay algunos mp3 y Ipod que incluso llevan una
especie de biblioteca musical en la que poder ir incluyendo canciones
dependiendo de nuestro estado de ánimo.
Poner música a vuestra vida os resultará muy gratificante y
os podrá ayudar en esos cambios de ánimo que todos padecemos en nuestras vidas!
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